lunes, 4 de enero de 2010

Réquiem para el Salón Orizaba y otros más

"Salón Orizaba" (QEPD) Foto © 2003 Foto: Fernando Ángel Soto Vidal

Con esta foto estoy abriendo este Blog y no es una casualidad –es más bien una causalidad diría ABRIL.
Hoy decidí comenzar el año recorriendo el centro de la Ciudad de México y también visitar esos lugares mágicos, entre ellos, las cantinas de barrio, había quedado con mi amiga Teresa Barrera –artista plástica que expondrá su obra a finales de este mes en Oaxtepec–, de ir a brindar con una buena cerveza bien fría y nos quedamos de ver en frente del Palacio de Bellas Artes, ahí le pregunte a Tere si tenía algún lugar para sugerir o me permitía escoger, pues bien, la elección fue el Salón Orizaba –Salón Horrorizaba o La Apestosa–, ubicado en la calle de Dolores, desde mi última visita hasta hoy han pasado algunos años y al llegar no la encontré, trate de ubicar el lugar y ahí estaba una tienda de equipos de iluminación, lámparas, focos y material eléctrico.
¿Pero cómo? ¿También el Orizaba?, ya nos habían quitado “El Nivel” en la Plaza de la Constitución, el “Salón Kloster” en la calle de Cuba, cantinas clásicas del centro.
Tere me dijo entonces que fuéramos al Rio de la Plata, en la Calle de Cuba y Allende, nos encaminamos hacia allá, al llegar entramos y subimos a la parte alta, mesa pegada a la ventana que da al a calle de Cuba, por ser lunes y pasadas las dos de la tarde estaba vacío el lugar. La cantina es antigua, con su barra de madera. Ella pidió una Lager y yo una Bola Negra (Cerveza negra de Barril en copa grande). Ahí no venden ni Corona ni Victoria.
Poco a poco fueron llegando clientes, una pareja de jóvenes con tipo de estudiantes, luego dos chicas con un muchacho, y en poco tiempo casi se llenó el salón superior. Toda la raza eran jóvenes con aspecto estudiantil. Ningún parroquiano clásico, de esos viejos que se sentaban para jugar domino mientras en la rockola escuchaban a Chelo Silva con su “Cheque en Blanco” o a la Sonora Santanera interpretando “Mi razón” –“Aquí estoy, entre botellas, apagando con el vino mi dolor–, en lugar de eso se escuchaba Rock de dos grandes bocinas que no permitían la plática.
¿Dónde quedo la esencia de la cantina?, de ese lugar sagrado donde se convivía con los amigos, se jugaba cubilete, cartas o domino.
Salimos de ahí y en el camino a la estación del Metro pasamos por la Plaza Garibaldi en Plena remodelación, el frio invernal se dejaba sentir y calaba los huesos, hacían unos 8º C.
Nos metimos por la calle de Ecuador y la sorpresa más grande fue cuando vi que aquel famosísimo Cabaret “El Rey”, uno de los mejores de la zona hace unos años ya no existía, y en su lugar se encuentran las instalaciones de un Dispensario Médico de la orden de los Agustinos.
¿Dónde está quedando aquella ciudad?, hace unos 6 años asistí a mi amiga Elva Narcia quien trabajaba para la BBC de Londres en la elaboración de una serie de 4 programas para Radio que se tituló “Rincones Profanos de la Ciudad de México”, se tocaron 4 temas: Cantinas, Pulquerías, Cabarets y Lucha Libre.
Cuando hicimos el de Cantinas visitamos el Salón Kloster y El Orizaba, en el primero conocimos a un hombre que se sentaba casi al fondo, muy cerca de la Rockola, él sólo con sus recuerdos. Nos platico que era cliente asiduo de ese lugar desde hacía muchos años, que nadie, ni sus amigos, ni su familia sabían de eso, que era su gran secreto, su rincón secreto, su espacio al cual llegaba, pedía su cerveza de barril y le ponía monedas a la rockola para escuchar sus boleros favoritos.
En el Orizaba también conocimos a otro hombre que por lustros había frecuentado el lugar, llegaba desde una colonia lejana y el cantinero y muchos otros clientes ya lo conocían mejor que su propia familia. ¿Qué será de individuos como ellos ahora que están cerrando todos esos lugares para dar paso al SLIM CENTER?

1 comentario:

  1. La nostalgia de una ciudad que estamos perdiento a fuerza de no reclamarla, de no extrañarla, de suplantarla con bodegas de productos de plástico que inundan las calles, las casas, los autos, las personas... Recuerdo también Fer que nos tocó visitar juntos el Bar León, ahí por cierto comenzaron las andanzas hace ya un par de lustros.

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